Durante los días de Semana Santa, entre el 14 y el 17 de abril del 2022 un grupo de 12 jóvenes, acompañados por un sacerdote, realizaron las Misiones en 4 veredas del corregimiento de Bitaco, Valle.
Esta actividad fue coordinada con el Padre de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús en Bitaco, quien solicitó a los misioneros hacer presencia en estas veredas alejadas para animar en la fe a sus pobladores y fomentar su sentido de pertenencia a la Parroquia. Con este fin, los jóvenes visitaron los hogares ofreciendo momentos de oración y compartir en la fe; también organizaron actividades de oración comunitaria como la celebración litúrgica del triduo pascual, la oración del Via Crucis y el Rosario. Por último, realizaron actividades de catequesis para niños, jóvenes y adultos, incluyendo una representación de la última cena y diversas manualidades para los niños.
Cabe destacar que, para el grupo de misioneros, esta fue una oportunidad de crecimiento espiritual importante dado que, a través de una experiencia viva, pudieron profundizar en el Misterio Pascual como el acontecimiento central de nuestra fe. Además, tuvieron la oportunidad de compartir y fortalecer su fe a través del apostolado, la oración en común y el servicio mutuo. Ellos vivieron estos días con un espíritu de profunda alegría y entrega generosa que, para muchos, marcó un hito en sus vidas y espiritualidad.
De este modo, evidenciamos que el proyecto Misiones es una oportunidad para motivar la fe en personas que viven en zonas alejadas y poco atendidas espiritualmente, al mismo tiempo que se despierta el espíritu solidario y apostólico en los jóvenes misioneros.
En el mes de marzo, tuvimos la increíble oportunidad y posibilidad de viajar a Lima como voluntarios en las misiones del MVC-Lima. Bridges, como se llama allá, no es solo un grupo de voluntarios que van por varios días a ayudar a la comunidad de Pamplona Alta, un Bridges es “la unión de diferentes personas, de diferentes países, con el mismo objetivo: servir a los demás, es una experiencia única que renueva el amor por Dios” comenta Daniel Benítez quien también pudo sentir la experiencia Bridges ayudando al prójimo más necesitado.
Pudimos experimentar un montón de sentimientos gratos y satisfactorios al saber que nuestro sacrificio le trae esperanza y fe a las hermosas personas de Pamplona Alto que nos recibían con los brazos abiertos y con una sonrisa gigante.
Un beneficio adicional de ésta increíble experiencia, como dice Daniel Varela: “es viajar a otro país y poder compartir y vivir con personas de diferentes partes del mundo en un mismo sentimiento, confirmar lo real de ese mismo gozo –el amor de Dios- que nos llevó en esta aventura por fuera de casa”. Hacer amigos reales de otras culturas y saber que día a día dejábamos lo mejor de cada uno, ya fuera cargando bultos de cemento, buscando piedras, haciendo la mezcla del concreto y al final, con la ayuda de Dios y nuestro espíritu incansable a 30 grados centígrados, lograr hacer unas gradas. Si, increíble y curiosamente a eso fuimos, para construir más de 100 escalones que ayudan a esta comunidad a moverse con mayor facilidad en su zona.
Fue una semana, hubiéramos deseado que fuera más tiempo, pero sé que haber ido a Pamplona ha sido de las
mejores experiencias que he vivido en mi vida y espero pronto poder volver y hacer lo que sea necesario por ayudarlos. Pudimos colaborar y dejar nuestro granito por las hermosas personas de Pamplona Alto, quienes nos agradecían día a día con un abrazo, una sonrisa y unos muuuy deliciosos almuerzos.