Entre el 5 y el 9 de abril, el MVC Cali realizó sus misiones de Semana Santa bajo el lema «Que todos sean uno para que el mundo crea» (Jn 17, 21-23). Contaron con la participación de 16 misioneros jóvenes que llevaron el Evangelio a las familias de Bitaco, en el Valle del Cauca, Colombia.
Durante las misiones, se visitaron tres zonas rurales: Bellavista, Palo Alto y Lomitas. Parte de su misión, además de celebrar el Triduo con los habitantes de la zona, era trabajar muy cerca con las personas para generar comunidad y formar catequistas que puedan quedarse apoyando de manera permanente desde allá.
Una particularidad de estas misiones fue la experiencia de compartir con miembros de otros movimientos eclesiales y generar una comunidad muy bonita en torno al apostolado.
Para varios, como Juan Esteban Gil, fue una gran oportunidad para conocer nuevos amigos y crear vínculos con las familias del lugar: «Llegué a las misiones sin conocer a muchos, pero hubo un vínculo muy bueno con los compañeros. Nos sentimos muy acogidos por las familias. Nos contaban de sus vidas y nos invitaban un cafecito. Nos decían que les gustaba que estuviéramos ahí».
Para otros, esta experiencia llegó en un momento preciso de sus vidas.
«Las misiones fueron una experiencia increíble. Fue como un llamado de Dios en un momento complicado. Lo sentí muy presente hablándome y aconsejándome en todo momento. Es una experiencia que recomiendo muchísimo», nos cuenta Daniela Sánchez, una de las participantes.
Para Camilo Benítez, estas fueron sus primeras misiones, lo cual hizo de la experiencia un momento muy especial.
«Haber ido a las misiones por primera vez en mi vida es algo que quiero repetir, sin duda. Además del hecho de que fuimos a servir a los demás y llevarles el amor y la palabra de Dios a todas las personas, fue muy especial y creo que es algo que impacta en esas personas y cambia vidas».